El recto proceder
"[...] Atiende tú a la justicia y no alimentes soberbia; pues mala es la soberbia para un hombre [...]. Preferible el camino que, en otra dirección, conduce hacia el recto proceder; la justicia termina prevaleciendo sobre la violencia, el necio aprende con el sufrimiento. [...] Aquélla va detrás quejándose de la ciudad y de las costumbres de sus gentes, envuelta en niebla, y causando mal a los hombres que la rechazan y no la distribuyen con equidad."
"[...] Atiende tú a la justicia y no alimentes soberbia; pues mala es la soberbia para un hombre [...]. Preferible el camino que, en otra dirección, conduce hacia el recto proceder; la justicia termina prevaleciendo sobre la violencia, el necio aprende con el sufrimiento. [...] Aquélla va detrás quejándose de la ciudad y de las costumbres de sus gentes, envuelta en niebla, y causando mal a los hombres que la rechazan y no la distribuyen con equidad."
Hesíodo (770-700 a.C.), Los trabajos y los días
En el siguiente fragmento de una obra del historiador griego Jenofonte se describe la educación en Esparta:
Cómo se practica la educación en Esparta y otras partes
En el siguiente fragmento de una obra del historiador griego Jenofonte se describe la educación en Esparta:
Cómo se practica la educación en Esparta y otras partes
"Quiero [...] mostrar cómo se practica la educación en Esparta y en otros lugares. Los griegos que pretendían educar mejor a sus hijos, [los atenienses], tan pronto como los niños comprenden el sentido de las palabras los colocan bien pronto al cuidado de pedagogos que son esclavos y bien pronto los envían a las escuelas para aprender las letras y la música [...].
Pero Licurgo [en Esparta], en lugar de dejar a cada uno en particular dar a sus hijos esclavos como pedagogos, encargado de gobernados a uno de los ciudadanos [...]. Le ha dado todo poder para reunir a los niños, vigilados y si el caso lo exige, castigar severamente sus negligencias. Le hace acompañar con jóvenes portadores de látigos para infligir los castigos necesarios. Así se ve en Esparta mucho respeto unido a mucha obediencia. […] En lugar de reblandecer los pies de los niños con uso de calzado, Licurgo ha prescripto reforzarlos haciéndoles ir descalzos, estima que gracias a tal práctica treparían más cómodamente las pendientes pronunciadas y tendrían más seguridad en los descensos […]. Estableció el uso de un solo tipo de vestido para todo el año pensando que estarían así mejor dispuestos contra el frío y el calor [...]. Con respecto a la alimentación ha prescripto una cantidad tal que nadie se vea saciado y pesado, sino que se acostumbre a soportar el hambre. Cuando los niños llegan a la adolescencia [...] habiendo observado, en efecto que una extrema arrogancia es natural a esta edad, que la insolencia es en ella habitual y que el apetito de los placeres invade entonces: las almas con mucha fuerza, ha impuesto a los adolescentes numerosos trabajos y les ha procurado numerosas ocupaciones.
Jenofonte, La República de los Lacedemonios
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